The KLF: Más allá de la banda que quemó un millon de libras
7:22
Londres, finales de los 80. En plena explosión del acid house y el fenómeno rave aparecen dos individuos que pondrían patas arriba la escena. Billy Drummond y Jimmy Cauty, dos ex punks fanáticos de las novelas de los Iluminati, genios y piratas del sampleo, excéntricos, anarquistas y anticonsumistas. Tras su experiencia como The Timelords y The JAMs y sus híbridos entre rock, hip hop y el sampleo en los límites legales de la época, abrazaron como KLF (Kopyright Liberation Front) el fenómeno rave con una actitud irónica y provocadora, mofándose de la industria y del respetable, dejándonos grandes historias y un legado musical imprescindible.
SAMPLEDELIA SUBVERSIVA
En 1987, aún bajo el nombre de The JAMs sacaron Whitney Joins The JAMs, tema en el que mezclaban muestras del tema de
"Mission Impossible" con partes del "I Wanna Dance With Somebody" de
Whitney Houston. Toda una provocación a la industria. Aunque el ejemplo más memorable fue The Queen and I,
el cual utilizaba grandes partes del mítico tema de ABBA "Dancing
Queen". La grabación acabó en manos de los abogados de la
banda sueca y, después de una intensa batalla legal, el álbum tuvo que
ser retirado de las tiendas. Drummond y Cauty viajaron a Suecia con una
tirada completa del polémico single, con intención de reunirse con ABBA
para negociar un acuerdo. Como nadie del grupo estaba dispuesto a
recibirlos, decidieron quemar todos los ejemplares
del single y lanzarlos en un acto ceremonial por la borda del ferry que
les llevaba de vuelta a
Inglaterra. Un rito "artísticamente justificado" según Cauty.
En 1988, Doctorin' the Tardis, uno de sus primeros singles, esta vez como The Timelords, llegó al número uno de las listas británicas vendiendo un millón de copias. La canción es básicamente un collage con samples del tema de la serie de TV "Doctor Who" y del clásico de Gary Glitter "Rock and Roll (Part Two)". Tras el enorme éxito del tema escribieron The Manual (How to Have a Number One the Easy Way) un libro donde ridiculizaban a la industria, abogaban por las pequeñas producciones y la cultura do it your self, exaltaban el plagio, se burlaban de las leyes del Copyright y enseñaban "cómo crear un número uno y forrarse".
DEL CHILL OUT AL STADIUM HOUSE.
En 1991 y ya como KLF, influenciados por la música de The Orb (genial formación pionera del ambient house en la que participó Jimmy Cauty) graban el disco Chill Out, la primera vez que se acuñaba ese término en un disco. Con una portada de lo más apropiada, se trata de un viaje ambiental por el sur de Estados Unidos con samples de Elvis Presley, Fleetwood Mac, Acker Bilk, animales, un Oberheim OB-8, una guitarra pedal steel y todo tipo de paisajes sonoros. La revista Mix Mag lo incluyó en 1996 dentro de los 5 discos más importantes de la música electrónica.
Pero fue su siguiente disco el que les catapultó a la fama. The White Room fue el disco más vendido de 1991. Crearon lo que se llamó "stadium house" donde a la música house se le daba un estilo de producción más cercano al pop-rock y se utilizaba el fondo sampleado del ruido ambiental de un concierto en directo (extraído de discos como el Rattle and Hum de U2, entre otros), un estilo que sería imitado hasta la saciedad en los 90. Quién no recuerda el mítico How Much is the Fish de Scooter.
THE K FOUNDATION Y EL MILLON DE LIBRAS.
El dúo siempre había calificado al dinero como el causante de todos los males. En una rave de los promotores Helter Skelter lanzan mil libras al público con el mensaje “os queremos, niños” escrito en cada billete. El 12 de febrero de 1992, tocaron junto al grupo grindcore Extrem Noise Terror en los BRIT Awards, tras recibir el premio a mejor grupo del año. Habían planeado una actuación "violentamente antagonista" para molestar
a los capos de la industria discográfica. La idea consistía en lanzar
cubos de sangre de oveja a los asistentes a los premios. Sus intenciones
lograron poner de acuerdo a los abogados de la BBC y a los veganos
radicales de Extreme Noise Terror para evitar el derramamiento de litros
de sangre ovina. Al final la perfomance quedó reducida a la aparición
de Drummond con muletas disparando con una metralleta de fogueo a los
asistentes y al lanzamiento de una oveja muerta en la fiesta VIP
posterior a la ceremonia. Al acabar la actuación una voz anunció: “KLF
acaba de dejar el negocio musical”.
Esto fue tomado como un acto de marketing ya que acababan de alcanzar la fama fuera del circuito underground. Sin embargo, no volvieron a publicar más discos y retiraron todo su catálogo de las tiendas de UK. Su Brit Award al mejor grupo del año lo enterraron en Stonehenge.
Con todo el dinero ganado crearon The K Foundation, organización para subvertir el mundo del arte. Revelándose contra el sistema monetario, los intereses y la usura, el debut de The K Foundation fue la quema de un millón de libras esterlinas. “The K Foundation puede no haber cambiado nada o desafiado mucho, pero sin duda ha provocado a miles de personas a cuestionar y analizar el poder del dinero y las responsabilidades de aquellos que lo poseen." La idea original era exhibir el dinero sin quemar enmarcado en varios museos del mundo, pero como ninguna compañía aseguradora ni ninguna galería quiso hacerse cargo del mismo, Drummond y Cauty, acompañados de su amigo Alan Goodrick y el periodista Jim Reid, volaron hasta la isla escocesa de Jura, se instalaron en una cabaña, encendieron el fuego y, uno a uno, fueron lanzando billetes de cincuenta libras a la hoguera, mientras Goodrick lo grababa todo y Reid miraba la escena, “primero con culpabilidad y luego con aburrimiento”, según sus propias palabras. Era el 23 de agosto de 1994 y tardaron más de una hora en quemar todo el dinero. Esa tarde, algunos habitantes del lugar se encontraron billetes a medio arder que habían salido volando por la chimenea. Un año después se haría la primera proyección pública de la película Watch the K Foundation Burn a Million Quid.
Otro evento notorio organizado por The K Foundation fue la creación de un premio al peor artista del año. El premio otorgado por The K Foundation repetía exáctamente los mismos procedimientos que realizaba la Tate Gallery con su Premio Turner al mejor artista del año, posiblemente uno de los premios más codiciados por los artistas británicos. The K Foundation proporcionó al público una lista que repetía de forma exacta a todos los candidatos del premio Turner (también entregado por votación) y compraron todos los espacios publicitarios de la hora en que se transmitía en vivo la entrega de los mismos, instando al público a votar por el peor de ellos y, aclarando, que el premio otorgado al peor artista del año duplicaba en libras esterlinas al premio entregado por la Tate Gallery. Finalmente la escultora Rachel Whiteread ganó ambos premios; y aunque primero se negó a aceptar el premio a la peor artista del año, luego lo aceptó con disconformidad al ser levemente presionada por varias instituciones de caridad cuando The K Foundation anunció que quemaría una suma equivalente a ese premio si Rachel Whiteread no quería el dinero.
En 1995 finalizaron el proyecto The K Foundation y prácticamente cesaron sus actividades, sacando alguna edición limitada en años posteriores como Waiting For The Rights Of Mu (1997) un audiolibro Das Handbuch (Der Schnelle Weg Zum Nr.1 Hit) (2003) y poco más.
Podríamos decir de KLF que es una de esas formaciones que no terminan de sentirse cómodas dentro de la industria pero que consiguen articular mensajes con un radicalismo que transpasa el underground y llega hasta el mainstream. No es fácil encontrar grupos así, no obstante podríamos identificar estos rasgos en gente como Die Antwoord o Death Grips. El batera de este último afirmaba: La idea consiste en mear, cagar y correrse dentro de la música. De esta manera podemos exorcizar todo lo bueno y lo malo con lo que debemos enfrentarnos cada día. El arte nos ayuda a mantener una distancia respecto de esas cosas. Allí es donde expulsamos nuestra basura, y el público puede sentirse identificado porque ellos también tienen su propia basura”.
The KLF afirmaron volver a la palestra cuando finalizase el conflicto Palestino-Israelí. Esperemos verles lo antes posible.
Podríamos decir de KLF que es una de esas formaciones que no terminan de sentirse cómodas dentro de la industria pero que consiguen articular mensajes con un radicalismo que transpasa el underground y llega hasta el mainstream. No es fácil encontrar grupos así, no obstante podríamos identificar estos rasgos en gente como Die Antwoord o Death Grips. El batera de este último afirmaba: La idea consiste en mear, cagar y correrse dentro de la música. De esta manera podemos exorcizar todo lo bueno y lo malo con lo que debemos enfrentarnos cada día. El arte nos ayuda a mantener una distancia respecto de esas cosas. Allí es donde expulsamos nuestra basura, y el público puede sentirse identificado porque ellos también tienen su propia basura”.
The KLF afirmaron volver a la palestra cuando finalizase el conflicto Palestino-Israelí. Esperemos verles lo antes posible.
0 comentarios